martes, julio 22, 2008

QUIERO TODO DE TI


Así desnudo mi vida por ti cada día.
Desnudo mi cuerpo...
desnudo mi esencia...
y desnudo mis deseos...

Lo hago porque quiero que conozcas cada espacio mío
que conozcas mis sueños y mi amor.

Quiero estar en ti...eternamente
quiero tu amor...que me envuelva
quiero tus deseos...que me encantan
quiero tu piel, tu olor, tus susurros...y tus besos

Sí, quiero todo lo tuyo..
tus sueños, tus preocupaciones
tus logros y fracasos,
tus noches, tu vida, tus días...

Susurro un te amo para ti
que solo son pequeñas cosas mías...

GRACIAS


Gracias, gracias, gracias
quiero agradecer a quién corresponda
y a nosotros dos el premio a la audacia
por entrar al mar por la parte más honda

Tiempo al tiempo al tiempo
cada huella ira encontrando su arena
cada beso deteniendo un momento
y cada canción matando una pena

Yo quiero dar la noticia
yo quiero gritar que me quieres a los cuatro vientos
no quiero guardarme lo que siento

Los relojes se detuvieron
en aquel corredor vacío
yo te vi llegar
flotando a un palmo del suelo
tus labios rumbo a los míos

Nunca digas nunca
todo pasa en el momento menos pensado
no pensé que fuera a oír tu pregunta
ni a tu corazón latiendo a mi lado

JORGE DREXLER

RECORRIENDOTE



Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mí
en toda su dureza de macho enardecido.
Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedemos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.

GIOCONDA BELLI


LUEGO DE UNA AUSENCIA, HE VUELTO...MAS FORTALECIDA Y FELIZ QUE NUNCA!!!!! ESPERO SUS COMENTARIOS Y RESPONDERE A CADA UNO DE ELLOS.

BESOS

THÁBATHA

miércoles, mayo 21, 2008

EN EL MUELLE DE SAN BLAS



Ella despidió a su amor
El partió en un barco en el muelle de san Blas
él juró que volvería
y empapada en llanto ella juró que esperaría..
miles de lunas pasaron
y siempre ella estaba en el muelle
esperando..
Muchas tardes se anidaron
se anidaron en su pelo
y en sus labios

Llevaba el mismo vestido
y por si él volviera no se fuera a equivocar.
Los cangrejos le mordían
su ropaje, su tristeza y su ilusión..
y el tiempo se escurrió
y sus ojos se le llenaron de amaneceres
y del mar se enamoró
y su cuerpo se enraizó
en el muelle

Sola
sola en el olvido
sola
sola con su espíritu
sola
sola con su amor el mar
sola
en el muelle de san Blas

Su cabello se blanqueó
pero ningún barco a su amor le devolvía,
y en el pueblo le decían
le decían la loca del muelle de san Blas.
Y una tarde de abril
la intentaron transladar al manicomio;
nadie la pudo arrancar
y del mar nunca jamás la separaron.

Sola
sola en el olvido
sola
sola con su espíritu
sola
sola con su amor el mar
sola
en el muelle de san Blas

Sola en el olvido
Sola con su espíritu
Sola con su amor el mar

Sola
sola en el olvido
sola
sola con su espíritu
sola
sola con su amor el mar
sola
en el muelle de san Blas

Se quedó
Se quedó
Sola, sola
Se quedó
Se quedó
con el sol y con el mar
Se quedó ahí
Se quedó hasta el fin
se quedó ahí
se quedó en el muelle de san Blas

Sola, sola, sola...

MANÁ

NADADORA DE NOCHE


Nadadora de noche, nadadora
entre olas y tinieblas.
Brazos blancos hundiéndose, naciendo,
con un ritmo
regido por designios ignorados,
avanzas
contra la doble resistencia sorda
de oscuridad y mar, de mundo oscuro.
Al naufragar el día,
tú, pasajera
de travesías por abril y mayo,
te quisiste salvar, te estás salvando,
de la resignación, no de la suerte.
Se te rompen las alas, desbravadas,
hecho su asombro espuma,
arrepentidas ya de su milicia,
cuando tú les ofreces, como un pacto,
tu fuerte pecho virgen.
Se te rompen
las densas ondas anchas de la noche
contra ese afán de claridad que buscas,
brazada por brazada, y que levanta
un espumar altísimo en el cielo;
espumas de luceros; sí, de estrellas,
que te salpica el rostro
con un tumulto de constelaciones;
de mundos. Desafía
mares de siglos, siglos de tinieblas,
tu inocencia desnuda.
Y el rítmico ejercicio de tu cuerpo
soporta, empuja, salva
mucho más que tu carne. Así tu triunfo
tu fin será, y al cabo, traspasadas
el mar, la noche, las conformidades,
del otro lado ya del mundo negro,
en la playa del mundo que alborea,
morirás en la aurora que ganaste.

PEDRO SALINAS

LA SIRENA



Querí­a ella buscar a su amado que se fue
muchas olas atrás
querí­a ella escaparse de una isla de la
Habana tropical
montarse al arco iris resbalar y así­
ganar su libertad
salir volando, ir nadando
alguna forma de poderlo encontrar.
Vestida como un hada ella se fue
montada en un delfí­n ella escapó
y en la mar ella se hundió.
Nadando entre corales, caracolas, y
entre peces de colores
jugado con delfines en las olas
empapada en amores.
Y el profundo azul llenaba sus rincones y
borraba sus dolores
la luna le plateaba sus espaldas, y su cola
y sus escamas.
Vestida como un hada ella se fue
montada en un delfin ella escapó
y en la mar ella se hundió.
De repente ella soñó
que encontraba a su amado
que nadaba a su lado
de repente ella soñó que sus cuerpos enlazados
se sumí­an abrazados en la mar.
De repente despertó y sus sueños diluidos
entre azules y el olvido
de repente despertó convertida en sirena recostada
en la arena.
De repente despertó y sus sueños diluidos
entre azules y gemidos
de repente despertó convertida en sirena recostada
en la arena
en la mar
una sirena, en la mar, una sirena.

MANÁ

LAS HUELLAS


A orillas de las aguas recogidas
en la luz regular del suelo unidas
como si juntas siempre caminaran,
solas, parecería que se amaran,
en la sal de la espuma con estrellas,
sobre la arena bajo el sol las huellas
de nuestros pies desnudos
tan lejanos, y mudos.
Dejando una promesa dibujada
nuestra voz entretanto ensimismada
se divide en el aire y atraviesa
la azul crueldad de la naturaleza
mientras solos cruzamos
la playa y nos hablamos.



SILVINA OCAMPO